sábado, 1 de diciembre de 2012

Y recordarás quien eres.



                                                                                        PFlash photography.



Siempre que en ojos ajenos adivines tristeza, deja tu huella.
Siempre que atisbes injusticia, deja tu huella.
Siempre que te cruces con el Egoísmo, deja tu huella.
Si a menudo ves tu mundo enfermo, deja tu huella.
Si a veces piensas que a cada paso que da la humanidad, cada vez hay menos seres humanos, deja tu huella.
Si sueles pensar que a pesar de ciencia e inteligencia, cada vez somos más ignorantes, deja tu huella.
Si alguna vez ves que alguien, asustado, toma el camino fácil dirección huida y hace rápido las maletas, deja tu huella.
Si pasas largas horas lejos, solo y por caminos poco recorridos, deja allá donde vayas tu huella.
Cada vez que te cruces con un anónimo viajero, deja que deje su huella.
Siempre que tengas miedo, retrocede sólo un paso, piensa qué harías si no tuvieras miedo y deja tu huella.
Deja tu huella y recordarás quien eres.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Memories


Vídeo realizado en febrero de 2011, en la Sala de Arte "Brocense", Cáceres.
Dedicado a Diego Hernández Martín.


Memorias de un recuerdo.


Puede que mañana ni se acuerde, puede que después no le importe. Puede que me olvide tan rápido que ni le de tiempo a acordarse o puede que deje de importarle antes de que le de importancia. Sinceramente no, no creo que me eche de menos. No creo que pueda siquiera echarme en falta.
Es posible que no me imagine de nuevo. Es muy posible que tenga miedo.
Seguramente me haga desaparecer. Seguramente nada de esto sea coherente.
Tal vez decidió expulsarme como si de una espina se tratase.
A lo mejor sería cuestión de tiempo que me rescatase o simplemente preferiría que en algún lado me anclase.
Quiero pensar que no será para siempre y que quedaré en algún rincón de su mente.
¿Es posible? Quizás no quiero ver la verdad, quizás me niego a aceptarla. ¿Quién quiere escucharla?, ¿para que la necesito?
Puede, a lo mejor, seguramente, es posible, tal vez, quiero pensar que todo merece la pena y le hice feliz.


Es posible que sea más fácil hablar con un desconocido.
No te conozco. No me conoces. No sabes nada de mí y no sé nada de ti.
¿Me culparías por no ser lo que esperabas?, ¿me olvidarías como si jamás hubiera pasado nada?
Puede que me olvide tan rápido que ni le de tiempo a acordarse.
Tal vez, pero… ¿A quién le importa?
Seguramente a nadie le importe lo que un fugaz recuerdo pueda decir.
                                                                                     Foto: PFlash photography.



viernes, 23 de noviembre de 2012

Nuevo día, misma noche.


Supongo que debería presentarme, pero hace tiempo me robaron la identidad. En realidad, sólo trataron de quitarme algunas fotos, palabras y recuerdos.
 Y quizás lo consiguieron.

Sin embargo, hoy todo ha vuelto sin necesidad de pulsar el botón de lo que ahora es mi vida. A veces, en un solo momento, toda tu vida puede pasar por delante de tus ojos y notarlo, ¡vaya que si lo notas!
 En ocasiones huimos para olvidar, pero lo más probable es que aquello de lo que huyes, se tope de frente en tus narices, como si tuviera todo el derecho a hacerlo. Un día decides  escuchar esa canción, leer la carta o pasar por aquella calle que te obliga a toparte con El Recuerdo. Y lo más injusto de todo es que no siempre puedes volver a correr de nuevo. Pero estás cansado de que te persiga, ¿verdad?
Yo pienso que si te persigue es porque aún queda algo por hacer. Muchas veces perdemos o no se nos da la oportunidad de hacer las cosas de una determinada forma y pasamos el resto de nuestras vidas preguntándonos porqué no fue de otro modo. 
Yo lo hice. 
Ya han pasado doscientos setenta y un días desde que El Recuerdo decidió perderse, aunque no supo por aquel entonces que nos encontraríamos por el camino. 
Yo sí lo sabía, pero nunca estaba preparada para enfrentarlo.
Intentaron robarme mi identidad, pero hoy puedo ser quien quiera sin necesidad de que me reconozcan. Puedo gritarle al viento el nombre que quiera, la apariencia que desee e incluso, caminar de otro modo.
Nadie sabe quien soy por las calles de aquella ciudad, y sin embargo, mi mente vuelve constantemente a esa calle, con esa canción, tras aquella carta y aquella voz, hace doscientos setenta y un días. Llámalo nostalgia, yo lo llamo “nunca más”.


lunes, 15 de octubre de 2012

Palabras del silencio, a voces, claro.



Aún recuerdo con total claridad el día en el que me miraste de esa forma que sabes que me intimida y casi escupiste tu usual pregunta. Sabía que para ti no era fácil, por ello preferiste ser nómada de tus sentimientos. Me di cuenta de que para ti no era fácil cuando continuaste mirándome de aquella forma a propósito, porque supe que era tu modo de no caer desconsolado, irritado del mundo y sus manías.
<<<¿Por qué no sobrevivir?>> gritaste, aunque apenas se percibió un hilo de voz angustiada.
No quise disculpar tu comportamiento con tu falta de fortaleza, así que hice lo único a lo que mi cuerpo respondía sin desplomarse; te miré (no en vano, mantuve mi postura erguida). Primero a tu iris izquierdo y luego al derecho. Así sucesivamente durante largo rato. Parecías nervioso, no dejabas de tocarte las manos. Mi acción era un desesperado intento de encontrar una explicación y traerla a rastras si eso era preciso, pero la persona vestida de luz no había dejado su usual y llamativo rastro. No quería que lo encontrasen.
Ya ha pasado algún tiempo de ello, pero, donde quiera que estés, si aún te preguntas "por qué vivir en lugar de sobrevivir", seré clara y sincera; porque antes de tenerte a ti, me tenía a mí.

viernes, 12 de octubre de 2012

3,2,1...¡nuevo blog!


Imagen de Iman Maleki.


Muchos de vosotros ya me conocéis del antiguo blog "Palabras del silencio", que desde hace algún tiempo, desapareció de la red. Acabo de marcharme a Salamanca a estudiar y lo cierto es que echo mucho de menos mi blog, así que he decidido comenzar otro, a pesar de que volveré a subir la mayoría de las cosas que tenía, pues considero que es esencial en mi historia de la vida.

Para comenzar os dejo un poema de Konstandinos Kavafis (que muchos habréis leído y me estaréis llamando pesada aunque con una sonrisa, eso sí) y me trae muy buenos recuerdos, pues mi profesora de Filosofía de 1º de Bachillerato nos lo leyó el primer día de clase y esa "moraleja" me ha dado muy buenas personas y momentos.
Disfrutadlo y bienvenidos (tanto antiguos como nuevos seguidores)


Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.
C. P. Cavafis. Antología poética.
Alianza Editorial, Madrid 1999.