lunes, 18 de noviembre de 2013

Buscadores


Tonta de mí, de veras pensé que por abrazarte más y más fuerte, te quedarías. Pensé que por cerrar la puerta, no te irías. Supuse que por cerrar los ojos, apretar los puños y cogerme las rodillas, estarías aquí.
Lo que no pensé fue en tus idas y venidas, te antojabas tan inamovible, tan sedentario, tan…bueno, creí que permanecerías conmigo. No pensé en que quizá, y sólo quizá, no habías venido para quedarte, sino que tu ser era efímero, curioso, viajero.
También pensé en si habría algo que te hubiera hecho alejarte, pero no tenías motivos; yo te abrazaba todo el tiempo, fuerte, muy fuerte.
Recuerdo como solía admirarte; me gustaba tumbarme en la cama, mirar hacia ti e imaginarlo todo. Prometías ser constante. No había nada que pudiera esperar, querer, aspirar…nada más que tú.
Y pensé que y si…, y pensé que podría que… y pensé que quizás… ¡Y comprendí! Te antojabas inamovible, constante, predecible, estable, sedentario, eterno, pero ahora sé que eres efímero, viajero, volátil, nómada y tú…tú te fuiste para que te buscara. ¡Quisiste convertir mi vida en una búsqueda constante!
Nadie habría esperado eso de sus sueños… bueno, nadie, excepto yo.


 
PFlash Photography

sábado, 3 de agosto de 2013

Fe ciega...

A menudo escucho las frases que algunos adultos dicen a los más jóvenes, tales como "deja de pensar en esas tonterías, cuando seas mayor, verás las cosas como son" o "yo cuando tenía tu edad decía lo mismo", pero yo no les creo.
Hmmmm...¿realmente crecer significa deshumanizarse? Madura, dicen. Pero muchas veces no se refieren a que adquieras responsabilidades o que seas consecuente con tus actos; en su mayoría quiere decir "BASTA, deja de soñar" ¿Pero por qué? Yo no creo que soñar debiera ser solo "cosas de niños". El ser humano, generalmente, puede tener dinero o no tenerlo, vivir en un lugar o en otro, trabajar en un sector o en otro, determinar lo que otros seres humanos pueden ser o tener...e irónicamente, elige aspirar o no a todo ello, pero no elige tener fe ciega. No elige soñar, imaginar, construir...porque implica un riesgo mayor que todas las elecciones anteriores; la decepción.
Y habrá gente que se burle de mi fe ciega en la lucha por conseguir libertad, respeto e igualdad, pero a todos les responderé de la misma manera; con mi mejor sonrisa, ganas y mi "hoy, vuelvo a intentarlo".

Fotografía: PFlash photography (Royal Pavilion, Brighton)

sábado, 18 de mayo de 2013

A la cuarta, va la vencida.

No son ni las siete de la tarde cuando llego al aeropuerto. El bullicio hace que me traslade de lugar, irónicamente, pues estoy algo nerviosa. Siempre me ha encantado perderme en nosedonde, aunque en realidad siempre he querido llegar a algún lugar que me resulte cómodo y familiar. Al contrario de lo que muchos piensan, a mí lo desconocido me fascinaba. 
El megáfono me saca de mis pensamientos y descubro que aún quedan unos minutos para el despegue de mi avión. Me toco las manos, algo nerviosa. Este destino es a la par familiar que desconocido, un tanto ideal, podría pensar, pero me aterra. Por una vez en mi vida, me aterra que aquello desconocido me tome por sorpresa y recaiga sobre mí el "te lo dije" paterno. 
Me apresuro un poco, pues podría perder el vuelo,aunque voy mirando las demás puertas de embarque, por si necesito echar a correr y volver a casa en cualquier momento.
La gente me empuja, me aparta, me mira, me ignora, me pregunta algo en un idioma que no conozco...todo es un caos. No sé qué hacer. Debo decidir si cojo el vuelo 0109 o por el contrario, me quedo aquí, anclada y una vez más, vencida por el miedo.
"Piensa, piensa, piensa en lo mejor, vamos, no pierdas esta oportunidad". Ya ni siquiera mi auto-consuelo me satisface. 
Decido dar algunas vueltas, pues anuncian que mi vuelo se ha retrasado una media hora-"Genial, eso me da un margen". Deambulo por estos grandes espacios llenos de escaleras que van hasta a 4 pisos y no pierdo de vista ciertas señales para recordar el camino de vuelta.
Lo cierto es que mis ultimos 3 viajes fueron desastrosos, todos ellos desconocidos y fascinantes en un principio. Sin embargo, en el primer viaje tuve, digamos, un aterrizaje forzoso, una gran tormenta amenazaba parte de mi país y tuve que aferrarme a que, una vez pisara tierra, encontraría otro gran viaje. Aunque no fue ese el gran final, pues cancelé mi segundo vuelo. No me sentía preparada para tal viaje, tras éste último, así que me bajé del avión poco antes de despegar. Debo decir, en mi defensa, que no pensaba dejar de viajar, tan sólo plantearme unos nuevos objetivos. Mi tercer viaje fue breve, pero intenso. Quizás eso fue lo que no lo hizo ideal, pues en esa ocasión llevaba altas espectativas acerca de lo que encontraría en aquel lugar. Soñaba despierta cada noche con ese viaje, corrí ilusionada hacia el aeropuerto y reservé el primer avión que salía ese día a nosedonde. Pero de nuevo, me precipité con mi viaje, pues tanta ilusión se vio frustrada por un paraje desierto. No me gustan ese tipo de lugares, ni siquiera si son desconocidos.
Un anciano deambula por el pasillo en el que estoy sentada y no quedan más asientos libres, así que se lo cedo y me marcho hacia mi puerta de embarque.
Esta vez, no llevo predicciones hechas, ni prisas, ni siquiera el miedo de que de nuevo, me halle ante un aterrizaje forzoso. Sencillamente quiero montarme en ese avión y bajarme en otro lugar desconocido y explorarlo a fondo, como solía hacer casi 3 años atrás. El sentido de mi vida se halla en buscar, no en encontrar- parafraseando a Bucay. 
Son las ocho de la tarde y me dispongo a cruzar los parámetros de seguridad de mi vuelo. Tras mostrar mi identificación, por fin, salto.

jueves, 18 de abril de 2013

Reglas del juego.


Hay un juego al que siempre le doy vueltas, pero nunca obtengo respuesta.
Siempre espero a que sea mañana, pero nunca espero para que sea hoy, nunca meto los dedos en la tinta si no sé lo que voy a escribir con ella, siempre me enfado con la vida, la pateo, la tiro, la recojo, me resigno y sigo las pautas del mundo y sus caprichos.
Nunca digo siempre.
Siempre digo nunca.
Y nada de eso importa, porque no es lo mismo hablar en sueños, a que los sueños, por fin, hablen…



PFlash photography.

                                                                                 

jueves, 7 de marzo de 2013

Frases de vida


Aún recuerdo tu habitación, esa esencia de calidez que me recuerda a ti. Siempre me decía a mí misma que como era posible que necesitaras empapelar las paredes con frases de vida, si tú en sí ya lo eras. Aún recuerdo la posición de la cama, las estanterías llenas de libros de fantasía, con los que soñábamos en silencio tanto tú como yo, el escritorio y aquella ventana. Era lo que más me gustaba, era tan sencillo dejarse ir…

Aún recuerdo tu habitación, sigue por ahí, en algún lugar.

martes, 29 de enero de 2013

Querido pasado:


He crecido desde entonces.
Ya no soy aquella soñadora de las ilusiones que se perdía en tus deseos y aspiraba a bailar en Nueva York.
Dejé de usar zapatos al caminar, pues temí hacer daño a quien pisara. Y pensé que era una buena forma de dejar mi huella en asfalto, arena, tierra o césped. Un día, hasta colgué mis zapatos de un árbol...
Dejé de disfrazarme con trapos antiguos cuando el invierno se acercaba y conseguí desnudarme ante nieve, lluvia o niebla.
Aprendí a sustituir tus manos y tu voz por algo más mío, como recoger los pedazos de lo que fue mi vida, que quizás enterré en algún lugar de aquella ciudad, cerca de aquel río, bajo aquel puente. Y volví a por ellos, ¡vaya que si volví!
He crecido desde entonces y me he dado cuenta de que a pesar de haberme quitado los zapatos, desnudarme y continuar recogiendo pedazos de lo que fue mi vida, lo único que no consiguió arrebatarme, fueron mis ganas de reír.

PFlash Photography

martes, 22 de enero de 2013

2.39 horas.

- Si a lo que estás esperando es a triunfar, ¡comienza por levantarte de tu sofá de soñar!
- Pero...
-¡ Quita la mano de tu boca y deja de mirar continuamente para atrás!
-Pero y si...
-¡ Olvida lo que no hiciste y comienza a trabajar, sostener tu carga, sudar, hasta que no puedas más!
-¿ Y qué ocurre si caigo, choco y me quemo...?
- Levanta, disimula, sonríe con elegancia y continúa. Ahora cierra la boca y de paso, esa puerta.

viernes, 18 de enero de 2013

Punto y aparte.

Aquel día abrió sus ojos sobresaltada, no le quedaban más cuentos para soñar ni sueños para dormir.
Por aquel entonces ni siquiera dormir le parecía buena idea. Dejar pasar el tiempo, sobrevivir, no era señal de madurez.
Se le antojaba lejano no idear una nueva película cada noche (¡qué diablos, cada día!) en la que ella solía ser la protagonista. Ahí, ella nunca perdía.
Aquel día no le quedaban más sueños para dormir ni cuentos para soñar. Y eso es lo que ella era ese día, pero no lo que fue a partir de entonces...

PFlash Photography.

domingo, 6 de enero de 2013

Mi regalo de Navidad.



La prosperidad hace amistades, y la adversidad las prueba.
 
El tiempo era nublado y frío, lo que no impedía a muchos salir a hacer sus tareas y recados, sus citas y encuentros. No todos iban con felicidad y alegría por las calles, algunos simplemente reflexionaba sobre lo que es una forma de vivir, sobre como aprovechar el valioso y a la vez limitado tiempo.
 
Ella era uno de ellos. Paso a paso, sin prisa ni lugar de destino, caminaba escuchando su música, pero en realidad solo se sumía más y más en sus pensamientos. Incoherencias que la asaltaban, dudas sin resolver, cuestiones pasadas que no recordaba, parecía estar sumida en una laguna de recuerdos y sensaciones. Pero lo que más pensaba era en eso, en ese consejo que le dio su mejor amigo.
 
“Cada día es un regalo, y no un derecho otorgado.”
 
Una simple frase que le daba mucho que reflexionar.
 
“No dejes piedra sin remover, deja tus miedos atrás.”
 
Otro consejo de su mejor amiga que parecían concordar el uno con el otro. Su mente se lo decía: “Trata de tomar el camino menos transitado.” En eso podía estar de acuerdo, no necesitaba complejidades. Ahora que lo pensaba, quizás lo difícil no fuera continuar el camino, sino empezarlo. El primer paso siempre era el más largo y decisivo.
 
Y otra pregunta que no se había planteado hasta ahora: ¿Y si hoy fuera su último día? ¿Y si mañana fuera demasiado tarde? ¿Podría despedirse de todo tal y como era hasta ahora? ¿Viviría cada momento como el último, sin preocupaciones, solo de alegría, dejando de lados los asuntos del pasado? ¿Donando cada centavo como si no importara lo más mínimo?
 
Eran tantas preguntas que no podía aclararse. Aceleró el paso sin motivo, quería correr, quería resolver sus dudas. Ella, una chica que siempre iba al grano, cosa que consideraba una manera de vivir, sumiéndose en un shock por semejantes preguntas sin respuesta. Si bien sabía que no se resolverían así como así, pues lo que de verdad vale la pena es el premio su esfuerzo. ¿Por qué se comía el coco de esa forma? También estaba de acuerdo en que cada segundo cuenta, porque no había segundos intentos, solo otros diferentes.
 
Una cosa estaba clara: vivir, porque no existe una segunda vida, no igual que la anterior. Y sobre todo, nunca tomar siempre el camino fácil, pues la recompensa esta en la superación.
 
Si hoy fuera su último día, ¿llamaría a esas personas del pasado a las que dejó atrás? ¿Reviviría antiguos recuerdos para disfrutarlos una última vez? ¿Perdonaría a sus enemigos? ¿Encontraría a ese alguien con quién sueña cada día, cada noche, ese sin el cuál vivir se le hace pesado? Y sobre todo, ¿podría jurar que se enamoraría? ¿O dejaría su marca reparando un corazón roto?
 
Otro recuerdo le vino a la mente, otro consejo.
 
“Nunca es demasiado tarde para mirar a las estrellas sin importar quien fueras.” Nunca es demasiado tarde…
 
Hacer lo que tenga que hacer, era una buena forma de vivir. Pero tampoco se puede retroceder algún momento en esta vida, la decisión que tomes no se podrá rectificar. Aún así, que nada se interpusiera en su camino, porque ella elegiría su propio destino. Porque el tiempo nunca estará de tu lado, ese será tu mayor desafío, y a la vez tu esperanza de vida.
 
Si hoy fuera su último día… De golpe, empezó a encontrar las ansiadas respuestas. Lo más curioso era que ella misma las había elegido sin darse cuenta.
 
Si hoy fuera su último día, dejaría sus miedos atrás; daría el primer paso por mucho que costara; le diría adiós al ayer para crear un hoy mejor, sin olvidar su valioso pasado; viviría cada momento como el último, porque así podría ser, siempre con una gran determinación sin temor; no donaría cada centavo como si no importara, porque lo que no importa para uno es muy valioso para otro; seguiría con su estilo de ir al grano, porque el tiempo es algo que no se puede desperdiciar; lucharía siempre por su recompensa, pues es la que de verdad valía la pena; valoraría cada segundo, cada intento, para no tener que repetir otro que no era igual; viviría al máximo de su felicidad, ya que no existen segundas vidas; y sobre todo, nunca tomaría un camino fácil con el cual sabía que no se superaría a si misma.
También no dudaría en llamar a esos amigos, conocidos, compañeros del pasado, reencontrarse con los que son y fueron sus seres queridos, y agradecerlos todo lo que han hecho e hicieron. Perdonaría a sus enemigos, ya que guardar rencor no ayudaría en nada, y si se reconciliaran quizás ambos podrían llevar una vida más feliz ahora que tenían a alguien más a su lado. Y no encontraría a ese alguien con quien soñaba, porque ya lo tenía, y no era uno, eran montones, eran sus amigos, esa gente con quien siempre podía contar para todo, con quien deseaba pasar el resto de su vida contando con su inigualable apoyo. Y quizás al final del todo, sí se enamorara, pero puede que fuese mejor quedarse como estaba, sin complicarse la vida, dejando su amor a manos del destino, que le conduciría hasta su amado o no, esa si sería su decisión. No le importaba dejar su marca reparando corazones rotos, porque así podría aliviar el dolor de quienes sintiesen esa sensación de vació, esa ausencia enorme en el alma. Y recordaría siempre esos momentos mirando a las estrellas mientras pensaba que nunca es tarde, pues hasta en un último día, todo es posible si de verdad uno se lo propone.
 
Haría lo que tuviera que hacer, siempre bajo su elección, ya que nunca podría volver atrás, moldearía su propio futuro. Aunque el tiempo siempre estuviera en su contra, ella seguiría hasta el final, rendirse no estaba en sus metas, ni lo estaría jamás.
 
Si hoy fuera su último día, esos serían sus pensamientos. Pero no, este no era el último, la vida seguía, y seguramente por mucho tiempo, pero ahí estaba ella, con todo eso en la mente a pesar de que aún le quedaba mucha vida. Al fin lo entendía, no tenía porque suceder el último día, estaba en el presente, aún podía hacerlo. Todo eso no pensaba dejarlo para el futuro, actuaría ahora mismo, seguiría su modo de vida a su dictadura, porque así lo deseaba. Era hora de dejar de lamentarse por cualquier tontería, salir ahí fuera y, simplemente, vivir. Su deseo, su único deseo, ser feliz.
 
Despertó de su especie de trance al notar que le mandaron unos mensajes al móvil. Pero no una persona, dos, tres, cinco, diez…todos los amigos y compañeros que tuvo a lo largo de su vida le habían mandado un mensaje, todos a la vez y con el mismo texto, pero de diferentes personas.
 
“No temas, nosotros siempre estaremos contigo. ¿Estas lista?”
 
Sí, sí que lo estaba, y más que dispuesta. No sabía si este último hecho fue producto de su imaginación o no, porque de golpe desaparecieron todos los mensajes, pero tuvo la sensación de que se lo decían desde su corazón, de que esas palabras de ánimo eran reales. Porque las despedidas existen, pero los vínculos son eternos. Y siempre lo serán.
 
Ya era tarde, y por fin en mucho tiempo, se iba a reunir con sus mejores amigos. Andy, Antonio, Laura, Ismael, Pedro, Cristina, Sandra… Un montón de gente deseosa de verla, y ella a ellos.
 
Como se suele decir, la vida es un hermoso regalo, así que no lo decidas todo cuando sea tu último día, decídelo ahora, para que cuando de verdad sea el último día, puedas mirar al pasado y sonreír con felicidad y sin arrepentimiento.
 
Esa es la esencia verdadera de la vida, la alegría, la felicidad, el amor, y todas las sensaciones que nos agradan. Aunque la tristeza, la soledad y los sentimientos oscuros existan, son solo retos y adversidades que superar, hechos que nos dan conocimiento y nos hacen madurar. Ahora es tu turno, el de decidir como vas a vivir. Se que elegirás el mejor camino para ti, y no temas, porque si te equivocas, siempre habrá alguien que te apoye en todo momento. Aunque si te ayuda, puedes imaginar que harías si hoy fuera tu último día, y ahí hallaras la respuesta.